No puedo con la People I

La gente no quiere tener una opinión, la gente solamente quiere tener razón, y por tanto son incapaces de tolerar, aceptar o en el mejor de los casos, ignorar a aquel que no toma por verbum dei su palabra.

No lo digo por el referendum del 9N, ni por las manifestaciones y disturbios en mi ciudad, ni por nada en particular, si no más bien por todo en general. Aquí no se acepta ni que seas de otro partido, ni que seas de otro equipo de fútbol, ni que prefieras a Xuso Jones antes que a Abraham Mateo (por un decir... por que ya...)

A mi me ha costado años llegar a ese Nirvana en el cual puedo relacionarme con cualquier persona siempre y cuando sus valores sean los que considero correctos, poniendo en un segundo plano otros aspectos que, con el paso del tiempo me he dado cuenta de que no definen a una persona. Y al que no "cuadra" con esos valores y principios que considero primordiales, lo aparto, lo bloqueo, lo borro de mi vida con la mayor de las tranquilidades y el menor de los barullos; entre otras cosas porque lo que yo considero importante y vital puede no serlo para otras personas. Y eso no me hace mejor ni peor, ni a esa persona la hace mejor ni peor... eso lo confirmarán sus acciones y el modo en el que se relacione con sus congéneres, sus entorno y demás.

En ocasiones, como ser humano que soy, me cuesta la vida morderme la lengua. Obvio, a mí también me gusta tener razón, como a todos. Pero soy una fiel creyente del lema "Si me dejas en paz yo te dejo en paz" y también del lema "No seré mejor que tú, pero lo voy a demostrar". Y demostrarlo no es poner el grito en el cielo, defender mis lemas contra los tuyos ofendiendo, zaheriendo, tratando de ridiculizar, acudiendo a cualquier medio ya sea blog, facebook, twitter... a perseguir a aquellos que opinan diferente. 
No entiendo esa necesidad que tiene la gente de querer evangelizar a todo prójimo con su verdad. Algunos son como mulos que se obstinan a darse cabezazos contra muros y no cejan en su empeño ni con la más absoluta de las ignorancias hacia su persona.

Creo que me he puesto muy Macaco con esta entrada, pero coño, es que ya cansa. Aunque me cueste tolerar determinadas formas de pensamiento no puedo hacer si no respetar (e ignorar) para poder seguir haciendo uso de mi libertar de pensamiento y opinión. Y es duro, de cojones que lo es, pero es que nada que se refiera a la interacción con otras personas es sencillo. 

Hace días hablé de lo mal que llevo a la gente pedante. Si, me repatean el hígado, pero no voy a decirle a todos y cada uno de los pedantes que me encuentro que son insoportables y que no les aguantan en su casa y que estarían mejor con la boquita metida por el culo. Vengo a mi casa, abro mi blog personal, y ahí, en la intimidad de mis dominios vierto mi opinión. Y ni siquiera lo hago creyendo que tenga razón, si no sabiendo que es una mera subjetividad. A mi no me gustan, pero ellos estarán encantados consigo mismos, como yo conmigo y el hecho de que no me gustan. Y la próxima vez que me encuentre con uno, trataré de evitarle, y si no es posible, buscaré la manera de llegar a un punto en el que se de posible la convivencia pacífica. Como si tenemos que hablar del tiempo, de la pena que da que no se publique la SuperPop o si soy más de culo que de tetas.

Si yo, que no soy ni mejor ni peor, puedo hacerlo, cualquiera puede. Así que la única opción que me queda es dar por supuesto que es que la gente no quiere. Por mucho Jorge Bucay, Reiki, Budismo y Monjes que vendan sus Ferraris. La gente NO quiere perder su "razón" por una "opinión", susceptible de no ser la única y tener que aceptar que hay más de una. Pasa en la política, el deporte, la religión, la música e incluso los sistemas operativos.

Nos libren de los trolles de internet pero más aún, de los de la vida real. 

2 comentarios:

Charo Palacios dijo...

Pues sí, tienes toda la razón, a mi también me hartan, así que hago uso del "dejar de seguir" o simplemente oculto la publicación que me irrita. Porque a parte de molestar me dan muchísima pereza. Un abrazo.

Carmen López Martí dijo...

Charo es sabia, muy sabia y tú también, Patch. Yo, menos cibernética que vosotras, despotrico en mis "diarios" de papel mientras me tomo un cafecito en algunos de los locales que frecuento. La verdad es que, como bien dice el refrán: a palabras necias, oídos sordos. Muchos besos y abrazos a ambas :* :*